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jueves, enero 26, 2006

A tortas con la China

zapeado por zama


Decíamos ayer que se echaba en falta el humor absurdo en la tele. Pues resulta que me doy de cara con la noticia de que a partir de este fin de semana, Cuatro va a recuperar el indescriptible "Humor amarillo", y con la comunicación a mis allegados de la buena nueva me he dado cuenta de la ingente cantidad de personas que muestran su agrado ante tal reposición.

Sorprendente al menos: nada tan absurdo como este espacio. El imaginario colectivo recuerda a "Humor amarillo" como un programa donde unos chinos se daban hostias contra la cosas o con las cosas. Pues nada más lejos de la realidad: resulta que los que se hostiaban eran japoneses.

La mecánica del concurso (porque se trataba de un concurso) no contemplaba en absoluto aquello tan manido de las preguntas y respuestas. Unos doscientos orientales, con sus cascos instalados y su falta de pudor característica, corrían agitados en pos de la conquista del castillo de Takeshi y para ello, debían lidiar con diversas pruebas, eliminatorias, en las que se demostraba la natural resitencia del hombre asiático. Cualquiera que haya visto un zapping sabrá a qué me refiero.

Aquellos que no superaban las distintas tareas encomendadas pasaban a mejor vida. A juzgar por el grado superlativo de las hostias, esta frase es acertada. Intuyo un gran número de minusválidos en el Japón actual.

Aquel ser de rasgos afilados y tez amarilla que lograra asaltar, tras la última prueba, el castillo de Takeshi, ganaba la nada despreciable cifra de un millón de yenes (7000 euros actuales). ¿Valía la pena tanto sacrificio? Creo que sí, yo personalmente cambiaría caer eliminado en la primera prueba de "Humor amarillo" con rotura de 2 vertebras por 600mil euros conquistados tras 45 minutos aguantando a Jesús Vázquez y su tropa de felices con la vida de "Allá tú".

Parece claro que el programa caló en ciertos estratos de nuestra sociedad. ¿Cómo explicar este hecho? Probablemente se trate de un tema generacional. La camada de finales de los 70 despuntaba su pubertad a principios de los 90, y las cadenas privadas aprovecharon el filón. Para reunir a las masas superhormonadas alrededor de la pantalla, Tele5 programó "La 5ª marcha" a media tarde de los sábados. Este programa, de inexplicable y vergonzante éxito, era precedido por el de los chinos, lo que le convertía en un magnífico puente humorístico. Y de ahí surge el mito: toda una generación de adolescentes recuerdan a los crash test dummies chinos como una generación anterior recuerda a "Mazinger Z": con indudable devoción.

Una de las claves del éxito vino dada por los comentarios de Juan Herrera y Miguel Ángel Coll, duo humorísitico de los que sólo tengo noticias de su posterior colaboración en radio, en un programa de Julia Otero. En base a su ingenio y a unos guiones que hacía gente como Elvira Lindo, vistieron el programa de coletillas que le dieron el empuje final hacia el éxito.

¿Quién no recuerda al Chino Cudeiro, al malvado occidental, al grano de café y a tantos y tantos personajes fijos y variables?

Basta ya de reivindicar a Punset y Noches Temáticas, se acabó decir que sólo vemos los documentales de La 2 y las pelis en versión original. Ya es hora de quitarse la careta: que vivan los chinos.

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miércoles, enero 18, 2006

La pierna de cordero es cordero

zapeado por zama


En medio de las navidades la marabunta me arrastró hacia un céntrico centro comercial de una céntrica plaza de una céntrica ciudad del centro de España. Yo no quise, pero salté, mis pies despegaron del suelo y a los cinco minutos la masa me había llevado en volandas a la sección de juguetes delcortinglés. Y lo agradecí eternamente porque me di de bruces con Cansado, el de Faemino y Cansado, que miraba absorto un microscopio infantil.

A juzgar por el número de programas de humor que salpican las parrillas de las teles generalistas, eso de que es más fácil hacer llorar que reir no se sustenta por ningún lado. Parece que arrancar una carcajada está tirado y lo puede hacer cualquiera. Como muestra un botón: yo me he sorprendido a mí mismo sonriendo con Los Morancos pegandos gritos, o con Bartolo, el protagonista de cualquier programa o especial de Cruz y Raya. Más demostraciones: "Noche de Fiesta", entre desfile de lencería y actuación de Bustamante, tenía sección de humor. Esa de las parejas de distintas edades en la cama. Pues bien, está claro que cierta parte de la población española disfrutaba con ello. Las personas que asistían a la grabación del programa y que pagan ahora por ir al spin-off en forma de obra de teatro, dan fe de ello.

Tenemos otros programas más arriesgados. El denominado humor vasco, con "Vaya semanita", "Agitación + IVA" y "Made in China", deriva hacia el gamberrismo políticamente incorrecto, pero, a pesar de lo grueso de sus sketches, no supera a la ironía de "Los guiñoles", de los que bajo mi punto de vista, han bebido pero sustituyendo el latex por la carne euskalduna.

Tenemos también las meras representaciones de chistes o SITuaciones CÓMicas del día a día ("Camera café" o "Splunge"). Humor blanco y sin pretensiones críticas, pero dignos y recomendables.

Luego están los monólogos, que sólo falta que Ana Rosa haga o plagie uno. Aquí cada uno tira hasta donde llega y no se puede meter a todos en el mismo saco.

Pero a pesar de todo este mar de espacios de risas, se echa en falta el humo absurdo, que no se basa ni en chistes o situaciones del día a día, ni en dar una vuelta de tuerca extra a la actualidad, ni en comprarar los comportamientos de los humanos en las distintas franjas de edad, ni en la sátira política, ni en nada real y palpable.

¡Ah, dónde estarán aquellas noches de jueves en las que La 2 nos hacía orgullecernos del tercer mundo con el programa del mejor duo humorístico del imperio romano! ¿Qué será del Gran Mimón?, ¿habrá vuelto ya del rally París-Dakar? ¿Y el carromato de hombres fantasticos? ¿Habrán esperado a que llegara Maurice Lacroix, el hombre impuntual?

Y los dos exploradores en globo, ¿habrán determinado si es mejor que el agua vaya del mar a la montaña? ¿Habrá convencido el centurión al César de que la Torre Eiffel es lo ideal para Segovia? ¿Se habrá dado cuenta ya el paciente psiquiátrico de que la pierna de cordero es cordero?

¿Podremos ver alguna vez de nuevo las imitaciones de "Famosos en acción", como Manuel Campo Vidal esperando al ascensor, o Vasco Núñez de Balboa descubriendo el Oceano Pacífico?

Pero sobre todo, ¿habrán conseguido Arroyito y Pozolón peatonalizar el metro con sus 11mil millones de pesetas?

Que vuelvan Faemino y Cansado a la tele o no me rio más.

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viernes, enero 13, 2006

Tamaño familiar

zapeado por zama


De aniversarios está la tele llena. Hace una semana Antena3 tuvo el valor de celebrar los 10 años de finalización de "Farmacia de guardia" repitiendo el primero y último capítulo de esta serie, como si de la llegada del hombre a la Luna se tratara. No aproveché la ocasión de ver a Carlos Larrañaga en el papel de crápula que tantos réditos le sigue dando (ahora en la vida real), pero me hizo pensar en formatos.

Los americanos tienen las cosas claras y lo podemos ver en innumerables ejemplos que pululan por nuestras teles. Las series de humor duran 22 minutos sin anuncios, lo que se denominan sitcoms. Así ha sido y así será hasta el final de los tiempos: capítulito de media hora y hasta la semana que viene. De esta manera se puede explotar una serie como "Friends" durante 10 años.

La estructura es repetitiva hasta la saciedad: prólogo, sintonía, anuncios, presentación, nudo, anuncios, desenlace, sintonía final. ¿Son los americanos poco originales? Pues podría decirse que sí, bajo ese punto de vista se les podría acusar de sobreexplotar una fórmula. ¡Pero es que funciona de cojones! Piensen en la ingente cantidad de sitcoms que hemos visto e imaginense las que ni siquiera llegan a España: Enredo, Juzgado de Guardia, Nido vacio, El principe de Bel Air, Friends, Cosas de casa, Cosas de marcianos, Sabrina, Los problemas crecen, Alf, La hora de Bill Cosby, Un chapuzas en casa, Joey, Frasier, Cheers, Búscate la vida, Sigue soñando, Embrujada, Mr Cooper, Matrimonio con hijos... podría pasarme 15 días diciendo series con el mismo formato.

Es curioso que la única sitcom genuina española que me viene a mente, la ya mencionada "Farmacia de guardia", tuviera un éxito arrollador y aun así, los programadores patrios no se hayan dedicado a inundarnos con ellas. Sin embargo, sí que usan las americanas para cubrir la parrila. De hecho, no es raro que Antena3 programe 14 capítulos de una serie en una semana (por ejemplo, "Los Simpson"), lo que hace que se ventile una temporada en tan sólo semana y media.

Pero toda teleserie española ya sea de humor, dramática o de intriga, dura indefectiblemente 90 minutos, sabiamente prolongados hasta los 120 por consejos publicitarios.

¿Por qué este fenónemo? Pues creo que debemos de darle las gracias a Milikito, que con su "Médico de familia", marcó para todas las generaciones venideras lo que una serie debe ser: abuelos, adultos y niños, sentados alrededor de una cocina con muchos productos estrategicamente colocados y ocupando todo el prime time de una cadena, de manera que se puedan meter 4 o 5 pausas bien cargadas de consumistas propuestas.

¿Es esto justo? Pues no, no quiero pasarme toda la noche viendo lo mismo. Quiero variedad. Quiero zapear entre sitcoms. Quiero humor condensado, tramas interesantes pero no extenuantes, guiones sin pretensiones dramáticas ni problemas infantiles. Quiero sitcoms. Y que no me engañen. "Siete vidas" no es una sitcom. Parece una sitcom, huele como una sitcom, trata de cosas de sitcom, pero no lo es. Es una serie española de 90 minutos.

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lunes, enero 09, 2006

La tele que viene

zapeado por zaperu


Un año se va, otro que viene y la tele... sigue.
Gavilanes de rebajas, coleccionables variopintos, cómo acabar con los malos humos, cómo acabar con los malos kilos, Pepe Navarro despedido (¿quién ganó la apuesta?), más 7 vidas, más Adorables Vecinos (¿quién ganó ayer las audiencias?). Por cierto, ¿puedo decir sin ofender a nadie que 7 vidas, a pesar de los años, divierte o al menos entretiene, y que Mis Adorables Vecinos no tiene puta gracia?.

Mientras los grandes hermanos siguen a lo suyo (¡qué echen a la gallega!), los del corazón tienen preparado para esta temporada la superproducción La Barbie de geriátrico y el guapo futbolista. Mañana debuta (creo) en A tu lado el jefe de seguridad que supuestamente organizó/intervino/fue testigo de los supuestos encuentros clandestinos entre estas dos megaestrellas televisivas.

En Tele5 han decidido apostar por la serie Vientos de Agua. El martes pasado los dos primeros capítulos perdieron frente a la peli de Antena3; ayer domingo Tele5 resumió el capítulo 1 y repitió el 2 para intentar pillar fieles para el martes. En el primer capítulo subtitulaban la parte en Asturias, con versión original en asturiano-cutre, y no la parte en Argentina, con VO en argentino-che. Me pregunto la razón.
Lo que se ha visto en estos dos capítulos es una serie de televisión con las maneras del cine. Con una buena idea de base: narrar las vidas paralelas de un padre y un hijo, y sus viajes en sentidos apuestos entre España y Argentina. Con actores y actrices solventes que nos hagan creíble la historia. Y el tiempo y el dinero para poder rodar la serie como lo está esta y no como lo están otras (¿Los Serrano, p.ej.?).

En el llamado late-nite, en el tarde-de noche, ¿seguirá? Buenafuente en cabeza, ¿ganará? fieles Eva Hache, ¿triunfará? La Hora Chanante. Ruffus & Navarro ya se están buscando otro curro, junto con los hombres de Paco, porque Paco ya se ha colocado de policía en El Comisario.
En TVE ya lo intentaron con Wyoming y no funcionó, ahora con Pepe Navarro y tampoco. Ayer en el programa del Arús le preguntaban a Jose María Iñigo si aceptaría conducir el programa de la Primera a esas horas y no se le vio muy por la labor de lidiar con semejante marrón.

Y para acabar, varias cosas y una anécdota sobre Tan a gustito, el programa de Alfonso Arús.
COSAS
La cara de chino que tiene el Sr. Arús
La adicción a los rayos UVA del Sr. Arús.
El objetivo del programa es hacer más entretenida la tarde del domingo a las familias de ¡España!.
Se emite en horario infantil.
Buena parte del programa consiste en entrevistar a atractivas mujeres.
En buena parte de esas entrevistas aparecen fotos cachondas de las entrevistadas.

ANÉCDOTA
Ayer apareció por el programa Sabrina Salerno, la dueña de las tetas más famosas de los ochenta (con permiso de Samantha Fox). No sé la razón que la llevó a Tan a gustito, pero en un momento de la charla la mujer del Arús (que también trabaja en el programa) contó que los padres de la cantante la habían abandonado de pequeña y que se había criado con su abuela y una tía. No sólo esto, sino que le preguntó por sus sentimientos con respecto a sus padres por haberse portado así con ella. La cara de culo que se le puso a Sabrina hace suponer que flipó (como flipé yo) con el cometario y la pregunta y salió del paso como pudo. ¿Son la esposa de Arús y Sabrina viejas amigas con la confianza suficiente como para tratar estas cosas?. Los que trabajan en las vísceras de la tele deberían aprender donde termina la información y empieza la mala educación.

jueves, enero 05, 2006

Pero mira como venden

zapeado por zama


Pocas cosas más divertidas que ver la teletienda borracho. Lo aprendí hace ya algunos años, cuando me retiraba los sábados y hacía tiempo hasta que el mundo dejara de dar vueltas para irme a la cama. No me gustan las de aparatos de gimnasia, pero existe un amplio abanico de productos que hacían (y a veces siguen haciendo) mis delicias de etílico.

Robots de cocina que lo mismo te cortan un pepino en forma de rizos que te hacen una bechamel; aparejos de pesca de brillantes colores que dan ganas de comérselos antes que los peces; auyenta insectos que por medio de unas poderosas ondas pintadas en la pantalla repelen a cualquier no mamífero de la casa; escobas mágicas que gracias a la electricidad estática absorven toda la suciedad que el presentador se dedica a tirar por el suelo...

Las teletienda nocturna campa a sus anchas en espacios larguísimos y tremendamente repetitivos que tratan de fijar la idea de que necesitas unos productos que nunca has echado en falta y que debes pagar por ellos cantidades astronómicas.

Normalmente son espacios traidos directamente de EEUU, doblados de manera cutre, presentados por estrellas de relumbrón en horas bajas y que ofrecen testimonios de anónimos que comentan lo que les ha cambiado la vida el invento en cuestión.

O sea, tú eres John Robertson, de Connecticut, te compras un Abdominazer y se presenta la tele en tu casa para que digas lo maravilloso que es usarlo, lo mucho que ligas desde que lo tienes y enseñar una foto con el antes (camisa amarillenta, cara triste, barriga cervecera, despeinado y sin afeitar) y el después (frac, lifting recien estrenado, abdominales poderosos como tabletas de chocolate, pelo llongueras y afeitado match3). Todo muy creible.

Los programas suelen tener nombres rimbobantes (por ejemplo "Amazing discoveries", algo así como "Descubrimientos acojonantes") y se suelen apoyar en expertos ciéntificos que avalan con sus cojones que lo que venden es lo mejor del mundo y que lo hacen por que son así de desprendidos, no con ánimo de lucro.

Para productos de cocina usan a cocineros (o al boxeador George Foreman, pero esto es otro cantar); para aparatos de gimnasia a entrenadores de fitness o actores cachas (Chuck Norris); para métodos adelgazantes a doctores con número de colegiado (que siempre recuerdan al ínclito Nick Riviera de "Los Simpson"); para métodos de depilación definitivos a actrices en tratamiento de desintoxicación.

Los precios de los artículos, a pesar de ser un abierto robo a mano armada, siempre se esconden tras el reclamo de la oferta (¡antes costaba 700 euros, ahora sólo 295!) y de los regalos (comprando una mierda como esta le regalamos otro zurullo exactamente igual, el manual de uso y la bolsa para transportarlo directamente a la basura).

El fenómeno (en el sentido circense de la palabra) también ha tenido sus adaptaciones a la piel de toro. Por ejemplo, yo me he visto varias veces a uno de los de Loco Mía presentado las plantillas Magna Power, portentosas protecciones pinrélicas que amortiguaban el bote de una pelota de golf 10 veces más que una plantilla cualquiera. Iñigo y su mostacho también han tenido su periodo de televendedores de madrugada.

En cuanto a la gama de productos las teletiendas tienen sus propias modas. Hace muchos años eran las almohadas ergonómicas con forma de huevera (¡había unas rellenas de semillas!), después los reductores de estómago con forma de tabla de vigilante de la playa que se empujaban hacia tí, luego los que te hacían tirarte en el suelo y balancearte, más tarde los de gimnasia pasiva. Ahora lo más son los colchones autohinchables. Me imagino un universo de trasteros llenos de estos inutensilios.

Pero, amigos, las tiranía de la teletienda ha acabado. Este año nuevo he descubierto que existe algo mejor para ver borracho: los programas religiosos. ¿Quién iba a pensar que el 1 de enero a las 9:30 AM unos protestantes iban a estar hablando de si el tiempo era lineal o circular? Pues nadie, pero ahí estaban.

Y ahí también estaba yo, rodeado del apocalipsis que suele dejar una cena de nochevieja, con los rosados langostinos mirándome a mis sanguinolientos ojos. Y me preguntaba: este Dios que me ofrecen en teletienda, ¿a qué precio lo venderán?

miércoles, enero 04, 2006

El ojo que te mira

zapeado por zama


No hay duda que por lo menos Cuatro tiene cierta voluntad de riesgo. Claramente minoritaria, la nueva cadena se la juega un poco más que las demás y no duda en programar un espacio de reportajes de investigación coincidiendo con "Los Serrano" y "Aquí no hay quien viva". Así, "1 equipo" (miércoles noche) se convierte en el regufio de aquellos a los que no les gusta ni la visión de una familia con niños y adolescentes cantantes ni la visión de una comunidad tipo "13 Rue del Percebe". Yo, como soy muy de Ibáñez, me quedo habitualmente con ANHQV, pero la abundancia de episodios repetidos me hacen decantarme otras veces por el programa de Carbonell en Cuatro.

Importado de Argentina, el formato es sencillo y no demasiado innovador. Se centran en un tema con cierto calado social y siguen a distintos actores del asunto. Por ejemplo, la gente que vive de la basura. Uno va con un grupo de basureros, otro va con uno que recoge cartones, otro sigue al dueño de una planta de reciclaje, etc.

Cuatro presentadores, número mágico de la cadena, son los que llevan las riendas: Pablo Carbonell, el más mejor de los reporteros del "Caiga quien caiga" original, es el líder del cotarro. No lo hace mal, pero como el programa pretende ser serio, yo no me centro con él en pantalla. Siempre lleva esa media sonrisa en la cara que te hace pensar "ahora es cuando se va a soltar la gilipollez", pero esto nunca ocurre. Una pena.

Antonio Muñoz de Mesa, el que fuera presentador de "Magacine" en Canal+, podía haberse quedado codificado por aquellos lares. Es un pusilánime del quince y se queja por todo: que si este vagabundo huele mal, que si mareo en la barca... ir al cine y entrevistar a actrices famosas era bonito, pero no siempre se puede trabajar en lo que a uno le gusta.

Luego hay dos chicas, una de las cuales es argentina y tiene el tono de voz más cargante del hemisferio norte. Supongo que cuando esté en su pais natal ocurra lo mismo pero por debajo del ecuador. En cuanto a la otra, española, ni chicha ni limoná. Es la que pasa más desapercibida, lo que quizás sea un halago.

En líneas generales el programa es entretenido, aunque la batería de temas que tratan no sea la bomba: inmigración, gente sin techo, percebeiros, presos, cazadores... Lo peor son las ínfulas que se dan de que están cambiando el mundo con cada reportaje. Hasta tienen un slogan que es para morirse: "1equipo, únete. Porque cuantos más ojos miran, más ojos ven".

Me gustaría saber quien es el creador de la frase para enseñarle mi tercer ojo. Y que mirara lo que se ve.