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miércoles, junio 28, 2006

A por uvas (o-e)

zapeado por zama


Menos mal que el mundial es cada 4 años. Y no lo digo porque me agobie que los informativos, los anuncios, los zapping, los resúmenes semanales, los programas rosa y hasta la santa misa hablen de lo mismo, no. Tampoco porque haya un canal que con tan sólo 4 horas de fútbol diarias llene 24. Ni porque algunos partidos se programen en 3 canales distintos. Ni porque webs, blogs y foros sólo hablen del mundial, de las retransmisiones del mundial, de los comentaristas del mundial, de los aficionados del mundial y de las anécdotas del mundial.

No me importa que la prensa especializada y la no tanto dedique monográficos al tema, ni que haya conexiones a cada hora en las radios. Tampoco me saca de mis casillas ver vallas publicitarias con balones, ni ir a las tiendas y que el bombardeo para la adquisición de televisores, sintonizadores, parabólicas, canales de pago, etc sustituya a otros productos necesarios (como el aire acondicionado).

Aguanto estoicamente que mis refrescos favoritos y mis bebidas alcóhólicas preferidas tengan el logo del campeonato estamapado. Me da igual que suceda otro tanto de lo mismo con las cuchillas de afeitar, la espuma de afeitar y otros productos de aderezo masculino. No me importa que me intenten vender el coche oficial, el disco oficial, el preservativo oficial o el desodorante de Beckham.

Tampoco me molesta excesivamente que la gente celebre en sus casas y en las calles los goles, con gritos, alborotos, petardos, voladores y cornetas. Me sentía involucrado, mecagüen francia, en la albricia generalizada. Yo mismo gritaba por las ventanas (en realidad, por la única que tengo) las ocasiones susceptibles de terminar en gol, antes de que los vecinos me anticiparan los tantos en virtud del retraso de mi tele digital.

Pero es que todo esto desemboca en que, al estar la existencia terrestre vinculada al mundial, el resto del universo televisivo-mediático-social no existe salvo en el último recobeco cerebral, aquel afectado por una isquemia anti futbolística que todavía parece no haberse dado cuenta de que pintan bastos y este es el mes del fútbol.

Así que cuando esa parte del cortex gangrenado se rebela y se vuelve protagonista, recuerdo que estos días no estoy viendo "CSI", ni "House", ni "Aqui no hay quien viva", ni "Callejeros", ni "Mujeres desesperadas", ni tan siquiera capítulos de "Perdidos", ni mucho menos películas de zombies. Y todo porque el resto del cerebro no se puede perder el interesantísimo Corea-Togo, el imprescindible Paraguay-Trinidad y Tobago o el decepcionante QuieroynopuedoEspaña - Gabachosdemieeeer...

Menos mal que el mundial es cada 4 años. Porque a ver quien aguanta esta constante decepción si fuera todos los veranos.

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martes, junio 20, 2006

Sorpresas

zapeado por zaperu


Hace tiempo que dejé de sorprenderme por las cosas que por la tele salen. Pero eso no impide que en ocasiones me lleve algún sobresalto. El sábado pasado por ejemplo.

Cine de Barrio programaba la peli “Martes y 13” y como es costumbre en este espacio (y también en otros de películas como Off Cinema, Hazte un Cine o Versión Española) se ilustra la proyección con un reportaje previo. En esta ocasión se hablaba del mal fario asociado a esa fecha, las razones que le han llevado a ser un día gafe y otros prescindibles datos sobre supersticiones. Nada de lo que allí se dijo sorprendía –entre otras cosas porque son argumentos mil veces repetidos– pero sí alguna de las cosas vistas; especialmente dos: un jinete portando una cabeza decapitada con un explícito primer plano de la sanguinolenta testa y Jason Viernes 13 descuartizando a destajo. Jamás me hubiese imaginado ver unas escenas gore en un programa de Carmen Sevilla.

Pero esto de Cine de Barrio no es más que una anécdota, lo verdaderamente jevi lo pudimos ver el domingo por la noche en El invento del siglo o El chou de los inventos o como coño se llame el penúltimo programa presentado por Carlos Sobera en A3.

Se trataba de un invento presentado por una señora, que suponemos sería además madre, cuya finalidad era sacarle los mocos de la nariz a los bebés que todavía no tienen la capacidad de sonarse. Consistía básicamente en un tubo que por un lado se enchufaba a la nariz del niño y por otro ¡a la aspiradora!.

A parte de ser una animalada (por mucho que el cacharro ese sea capaz de controlar la fuerza de succión), no es un invento que cumpla las reglas de la sostenibilidad, concepto tan de moda últimamente desde que ese misterioso holding empresarial que responde al llamativo nombre de Acciona nos machaca con sus anuncios. Usar energía eléctrica para desatascar la nariz de un crío es un derroche. Mi madre nos sacaba los mocos a mis hermanos y a mí con una simple “pera” de acción manual y conozco el caso de una abnegada madre que en momentos críticos sorbía directamente con su boca las mucosidades de sus retoños.

Mientras esto pasaba en A3, en Cuatro Iker Jiménez, el más digno heredero del Dr. Jiménez del Oso que por la tele ha pasado, no nos sorprendía sino que nos acojonaba y mucho con una historia de unas voces y lamentos que hasta 10 personas escucharon en el tanatorio de Ceuta. Daba más miedo que el partido de ayer de España hasta el minuto 70. Quizás al final la tele ofrezca algo verdaderamente sorprendente y veamos a ¡España! ganar el mundial (lo siento pero yo también me estoy empezando a contagiar de la euforia colectiva).

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lunes, junio 12, 2006

Frío digital

zapeado por zama


Tras unas semanas de funcionamiento he comprobado que el sintonizador TDT que me compré es operativamente impecable. Recibe 27 canales perfectamente digitales, sintoniza que es un primor, es silencioso y pasa desapercibido en la jungla de aparatos electrónicos que pueblan el hogar moderno. No podemos decir lo mismo del aire acondicionado portátil que adquirí poco después: ni recibe canales, ni sintoniza, ni es silencioso y no pasa desapercibido ni por asomo: es más alto que un niño de 5 años. Pero esa es harina de otro costal.

Así pues, el TDT proporciona lo esperado en cuanto a características técnicas. Pero, ¿y funcionalmente? ¿Es lo que esperaba encontrarme? ¿Son los contenidos de los 27 canales adecuados? Así como el aire acondicionado ofrece todo lo que puedes pedir a una mole de 40 kilos, es decir, aire fresquito y dejar de pasar sofocos, lo del TDT es más dudoso. Analicemos:

- TVE nos da "Teledeporte", "Canal 24 horas" y "Canal 50 años". A primera vista son baratijas de saldo. El primero ofrece deporte minoritario para ávidos de la competición: hockey, futbol sala, etc. Espero que algún día me echen curling. El segundo repite cada media hora un informativo que se va a actualizando en función de los acontecimientos. Lo que viene a ser un canal de noticias, vamos. El "Canal 50 años", que durante la primera mitad del día se convierte en "Clan" y sólo emite "Los lunnis", es un contenedor de programas antiguos, celebrando la onomástica de la tele pública. Es uno de los más reconfortantes que me he encontrado, porque te das cuenta de lo guapos que somos ahora y lo feos que eran en los 80, con esas hombreras, esos cardados, esas chaquetas de punto y ese presentador histriónico de "Aplauso". Ayer me vi un concurso de baile del programa en cuestión. No hay palabras. Inenarrable. Puntuación 6/10.

- Antena3 tiene "Antena.Neox" y "Antena.Nova". Semiclones en su programación, los derroteros son los siguientes: programas de zapping, programas de videos divertidos, programas de animales divertidos, "El príncipe de Bel Air", "Sin Chan" y pelis repetidas unos días después de su emisión en la cadena madre. También tienen los huevazos de emitir "Canguros" y "Hermanos de leche". Puntuación 3/10.

- Tele5 dispone de "Tele5 Sport" y "Tele5 Estrellas", la peor de todas las ofertas sin lugar a dudas. La primera emite continuamente cápsulas de 15 minutos de noticias directamente traidas de Eurosport. Y así día tras día, cuarto de hora tras cuarto de hora. La segunda emite las siguientes 4 series (y sólo esas 4): "Al salir de clase", "Hermanas", "Javier ya no vive solo" y "El pasado es mañana". La gracia del asunto se pierde tras ver un capítulo de ASDC. Qué pintas, qué diálogos, qué nariz tenía la Pataky. Puntuación 1/10.

- Cuatro ofrece "CNN+" y "40Latino". Nada que añadir, noticias y videos. Puntuación 5/10.

- La Sexta se ofrece a si misma y a una futurible segunda cadena que de momento sólo muestra una carta de ajuste. Como aquí lo que se premia es el contenido extra y realmente no lo ofrece, puntuación 0/10.

- Sobre el resto de la oferta ("Veo", "NET", "FlyMusic", ...) el menú es tan de saldo (culebrones, telefilms y teletienda) que ni siquiera se merece un zapping en la mayoría de las ocasiones. Por no merecerse no se merece ni que las puntue.

¿Es el TDT el futuro? No, es el presente multidifundido. Para colmo de males, la señal digital hace que el retraso sea considerable, con lo que se acabó ver el fútbol y escuchar la radio a la vez, siempre y cuando no quieras saber que la jugada acabó en gol cuando el lateral está todavía retorciéndose en el suelo por la patada.

Pero ya todo me da igual. Tengo aire acondicionado. ¡Y cómo sopla!

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lunes, junio 05, 2006

La metáfora del zombie intercalado

zapeado por zama


Sin duda alguna, el género que más obras maestras ha dado a la historia del cine es el de zombies. Aun siendo repetidamente vapuleado por crítica y ninguneado en las distintas ceremonias de premios, los zombies son siempre sinónimo de calidad, entretenimiento y buen cine.

Las tramas argumentales suelen ser complejas estructuras dramáticas, arrancando con un detonante casi siempre basado en hechos reales: un satélite, como en la primigenia "La noche de los muertos vivientes", un virus creado por malvados científicos, como en "Resident Evil", unos animales con rabia como en "Braindead", o simplemente algo desconocido como en "El amanecer de los muertos". El resultado tras el estallido inicial es casi siempre similar: los muertos regresan a la vida y se arrastran por las ciudades buscando alimento. Su manjar favorito: cerebros.

El grupo de protagonistas de la peli, compuesto inicialmente por no zombies, trata de escapar de la amenaza con los limitados medios que disponen en un mundo que está siendo asolado. Las buenas películas de zombies exigen que mediado el metraje los personajes principales estén aislados. Puede servir una casa, una granja, un centro comercial o un lujoso edificio, pero es imprescindible que los zombies golpeen puertas y ventanas mientras gruñen de hambre.

No obstante, las verdaderas estrellas de estas pelis son los zombies, actorazos escondidos bajo una máscara de putrefacción y con brillantes diálogos. No hay que más que leer con detalle el guión de "El regreso de los muertos vivientes" para darse cuenta de tal aspecto. Como muestra un botón. Después de que unos enfermeros acudan a un punto de la ciudad donde son devorados por zombies recientes, uno de los muertos vivientes coge la radio de la ambulancia y realiza su pedido: "Send more paramedics". Puro Shakespeare.

En el nudo de la peli, los no muertos van cayendo poco a poco. A la niña le muerden el brazo, el cachas se salpica con sangre infectada en un ojo, la novia del prota es arañada a través de una ventana... quedan pocos minutos para el final y los zombies están conquistando el mundo con su lento caminar y su soniquete gutural. Las buenas pelis de zombies han de acabar mal. Los protas se abandonan o tienen un descuido y serán para siempre zombies inmortales. Su errático futuro les llevará por distintos parajes a la búsqueda de cerebros, pero esa ya es otra historia y nosotros no la veremos.

Y la tele española es lo mismo. Un elemento disparador, un ejercito de zombies al acecho y los espectadores mentalmente vivos tratando de escapar, contando cada vez con menos reductos inexpugnables, encerrándose en Cuatro o en los canales de TDT. Pero el cansancio se va apoderando de uno y los zombies no duermen. Llegado el momento te abandonas y no hay salida: un zombie te muerde el brazo y ya eres uno de ellos. Los putos muertos vivientes han vuelto a ganar. El virus se ha extendido por completo.

Que cada cual extraiga sus propias conclusiones.

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